miércoles, 29 de agosto de 2012

Responder ante el abuso

Un hombre agasajó a un vecino, que le había ayudado, invitándolo a comer un magnífico guiso de gallina.
Días después, se presentaron algunos familiares del vecino para probar el excelente guiso de gallina.
El dueño, agradecido, invitó a todos a comer.
Pasados otros días, se presentaron unos familiares de los familiares del vecino para degustar el famoso guiso de gallina. El dueño también los atendió siguiendo las leyes de la hospitalidad.
Una semana después, aparecieron unos amigos de los familiares de los familiares del vecino que había hecho el favor al dueño de la casa. Venían a comer el buen guiso de gallina.
Esta vez, el dueño sirvió a sus huéspedes un caldo aguado y soso.
-¿Esto qué es?- preguntaron los recién llegados.
-Nos habían hablado de un guiso de gallina excelente.
A lo que el dueño de la casa les respondió: -Pues esta es la sopa de la sopa del caldo de la gallina guisada.

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