lunes, 24 de febrero de 2014

Predicando con el ejemplo

Cuentan, que una madre muy preocupada por la salud de su hijo, de 6 años, fue con él a casa de Mahatma Gandhi y se suplicó lo siguiente:
- " Le ruego, Mahatma, que le pida a mi hijo que deje de comer azúcar. Él es diabético y, cada vez que toma un terrón, pone en peligro su vida. Yo lo he intentado de mil maneras, pero no me hace caso. Sé que a usted sí lo escuchará porque le admira muchísimo. "
Después de reflexionar unos minutos, Gandhi le dijo a la señora:
- " Lo siento, pero en este momento no puedo hacer lo que me pide. Tráigame a su hijo dentro de quince días. "
Algo sorprendida, pero convencida de que el sabio tenía sus razones, hizo lo que le pedía.
En ese segundo encuentro, Gandhi miró al chico a los ojos y hablándole con autoridad dijo:
- " Muchacho, deja ya de comer azúcar. Tú ahora no lo entiendes, pero el azúcar te está haciendo daño. "
Muy agradecida, pero intrigada por el proceder, la madre preguntó a Gandhi:
- " ¿ Por qué hemos tenido que esperar dos semanas para que usted hablara con mi hijo? Podría haberlo hecho el primer día. "
A lo que Gandhi la respondió:
- " Hace quince días, yo aún comía azucar. "

Nos encanta pedir cosas a l@s demás que ni siquiera somos capaces de hacer nosotr@s .... Tenemos tiempo de aprender ....
¡¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!!

lunes, 17 de febrero de 2014

Reflexión

Después de una conversación un tanto surrealista con una amiga, me he acordado de unas palabras de mi filósofo favorito, y he conseguido volver a la cordura.
Espero que os ayude si alguna vez lo necesitáis.

Quien conoce a los hombres es inteligente.
Quien se conoce a sí mismo es iluminado.
Quien vence a los otros posee fuerza.
Quien se vence a sí mismo es aún más fuerte.
Quien se conforma con lo que tiene es rico.
Quien obra con vigor posee voluntad.
Quien se mantiene donde encontró su hogar, perdura largamente.
Morir y no perecer, es la verdadera longevidad. 

                                      Lao Tse.

¡¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!!

martes, 11 de febrero de 2014

Es San Valentín

Es verdad que San Valentín debería ser todos los días, me lo ha dicho esta mañana una compañera, pero en este mundo en el que vivimos, siempre con prisa, pensando en nosotr@s mism@s, o desviviéndose por los demás y no teniendo tiempo para un@ mism@, no está mal que aunque sea un día al año nos hagan, y hagamos, a alguien sentirse especial.... 

Esta mañana desperté para encontrarte… tu voz vino a entibiar mis sábanas, dejando una rosa de mi lado.
Esta mañana desperté para encontrarte… confundiéndome entre la luz de tu “Buen Día” y lo azul de tu sueños, me invitaste a compartir la sensación incomparable que da el sonido de tus zapatos al escucharlos entrar.
Esta mañana desperté para encontrarte… y como niño manso reposaste aquí, mientras yo admiraba todo el sol en tus mejillas, como un manto de hadas eran tus brazos rodeándome y ya no importaba que el mundo afuera se esté derrumbando, yo aquí contigo estaba a salvo de todo, lejos de cualquier mal.
Esta mañana desperté para encontrarte… y empeñaría mi vida entera por un momento de verte sonreír así, hasta mi alma vendo a cambio de todo los sueños que necesites y no busques las razones, no hace falta entender por qué de pronto es fácil lo que fue tan duro ayer…
Esta mañana desperté para encontrarte… y ya no importa si fue un sueño o eras tan real como mis errores, pero ya nada puede sacarme tus caricias suaves, que tuvieron el coraje de regalarme el sol escondido detrás de las nubes negras de tu alma.
Y entre la magia de verte llegar y el dolor que imponen tus castigos… todo queda claro… Yo nací para encontrarte…


¡¡¡ FELIZ SAN VALENTÍN !!!

lunes, 3 de febrero de 2014

El anillo del rey

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
- “Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo “.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó.
Y éste le dijo:
- “No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje.
Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico.

Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey. Pero no lo leas le dijo mantenlo escondido en el anillo.
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación “.
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía "ESTO TAMBIEN PASARA".

Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas.
Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
- “Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje “.
- “¿Qué quieres decir?” preguntó el rey. “Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida “.
- “Escucha, dijo el anciano: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras.

No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso .
No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero “.


El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.

Entonces el anciano le dijo:
- ”Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.
Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas “.


Grábatelo bien en tu cabeza y en tu corazón.
¡¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!!