martes, 21 de agosto de 2012

Cuatro velas

Cuatro velas se estaban consumiendo tranquilamente.
El ambiente de la sala era tan silencioso que se podía escuchar el diálogo entre ellas.
La primera dice:
-¡Me llamo Paz! A pesar de mi luz, las personas no consiguen mantenerme encendida - poco a poco disminuyó su llama y se apagó.
La segunda dice:
-¡Yo me llamo Fe! Infelizmente soy superflua para las personas, porque no se interesan en saber de Dios; por eso creo que no tiene sentido continuar encendida - al terminar sus palabras, un ligero soplo de viento la apagó.
En voz baja y triste, la tercera vela decía:
-¡Yo me llamo Amor! No tengo mas fuerzas de seguir encendida. Las personas me dejan de lado porque solo se interesan por ellas mismas; se olvidan de aquellos que están a su alrededor - y también se apagó.
De repente una niña entró en la sala y vio las tres velas apagadas.
- No podéis estar apagadas, debéis estar encendidas y consumiros hasta el final.
Entonces, la cuarta vela habló:
- No tengas miedo niña, siempre que yo esté encendida podremos encender las otras velas.
Entonces la niña tomó la cuarta vela, de nombre Esperanza, y encendió nuevamente las velas apagadas.

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