lunes, 30 de septiembre de 2013

En la carpintería

Cuentan que, un día en una carpintería, se reunieron las herramientas para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar, ¿la causa?, que hacía demasiado ruido, y además porque se pasaba todo el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que fuera expulsado también el tornillo, explicó que porque había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.
El tornillo ante el ataque aceptó, pero pidió la expulsión de la lija. Hizo ver al resto, que era muy áspera en su trato, y que siempre tenía fricciones con los demás.
La lija estuvo de acuerdo pero solo si era expulsado el metro, porque siempre estaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En ese momento entro el carpintero y se puso a trabajar utilizando el martillo, la lija, el metro y el tornillo.
La tosca madera inicial que trajo el carpintero se convirtió en un precioso tablero de ajedrez.
Cuando la carpintería se quedó nuevamente sola se reanudó la asamblea. Tomó la palabra el serrucho:
-" Señores ha quedado demostrado que todos tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos más en nuestros puntos malos, y concentrémonos en nuestros puntos buenos".
La asamblea encontró entonces que el martillo es fuerte, el tornillo une y da más fuerza, la lija es especial para afinar y limar asperezas, y observaron que el metro es preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir cosas maravillosas y de gran calidad. Estaban orgullosos de sus fortalezas y de poder trabajar todos juntos.

Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo, pero encontrar cualidades sólo pueden hacerlo seres superiores, que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.

¡¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!!

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