Un ratón correteaba no lejos del Kilimanjaro cuando, sin darse cuenta, pasó por encima de un gran león que estaba durmiendo plácidamente.
El felino, muy enfadado por haberle despertado, lo atrapó con una de las garras y cuando estaba casi apunto de comérselo, el ratón llorando le dijo: "Perdóname la vida. Yo te estaré eternamente agradecido y algún día podré devolverte el buen acto".
El león sonriendo, total para ese pequeño bocado ...., le dejó ir.
Pasaron unas semanas y el león cayó en la trampa de unos cazadores quedando atado.
Fue entonces cuando, oyendo los lamentos del león, el ratón se aproximó y, al ver que era el el generoso león, royó las cuerdas y le dejó libre.
No está mal ser bueno, algún día verás que ha valido la pena ...
¡¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!!
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