Se cuenta que un aguador en Oriente cargaba con dos vasijas que colgaban en el extremo de un palo que llevaba sobre sus hombros. Siempre hacía el mismo camino, del pozo de su aldea al mercado.
Al llegar al mercado el contenido de una de las vasijas estaba siempre completo, pero el de la otra vasija siempre llegaba a la mitad, porque estaba agrietada. Los amigos se mofaban porque no lo remediaba.
Todos los días le ocurría lo mismo, hasta que un día el aguador invitó a los amigos a recorrer el camino que él hacía cada día, y se dieron cuenta que por el lado en el que llevaba la vasija agrietada había una vereda de bellísimas flores.
La mayoría de las veces tenemos varias opciones de ver la vida....¿cual eliges tú?
¡¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!!
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