lunes, 6 de octubre de 2014

El saludo de cada día

Un hombre que trabajaba en una fábrica empaquetadora de carne entró, cumplido ya el horario de su jornada laboral, en una cámara frigorífica para acabar de inspeccionar una partida de carne que acababa de llegar. Cuando quiso salir se dio cuenta que la pesada puerta de la cámara se había cerrado y estaba encerrado dentro.
Aunque gritó pidiendo auxilio nadie le oyó, pues todos sus compañeros se habían marchado ya a casa. Además, el grosor de la puerta era tal que, de haber alguien aún en la planta no le habrían podido oír.
Llevaba ya cinco horas atrapado y a punto de congelarse cuando la puerta se abrió y entró el vigilante de la fábrica para rescatarlo.
Cuando le preguntaron al guardia cómo se le había ocurrido buscar ahí, ya que esa zona de la fábrica no era de su competencia, respondió: " Llevo treinta y cinco años trabajando en esta empresa. Veo todos los días a cientos de trabajadores y el único que me saluda es él. Para el resto soy invisible. Hoy a la entrada me dijo:     ¡ Hola ! , pero no escuché el habitual: ¡ Hasta mañana ! , al finalizar la jornada. De modo que pensé que seguiría dentro y por las horas transcurridas que podría estar en peligro.

Fijaros, la educación le salvó la vida a éste hombre....ahí lo dejo...
¡¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!!

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