Cuenta la fábula, que los puercoespines dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos. De esa manera se abrigarían y se protegerían entre sí.
Pero las espinas herían a los compañeros más cercanos, justo a los que se ofrecían más calor. Entonces decidieron alejarse unos de otros, y empezaron a morir congelados.
Así que, tenían que elegir, o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecerían de la Tierra.
Con sabiduría decidieron volver a estar todos juntos. Con el tiempo aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con el ser cercano podía ocasionar, ya que lo importante era el calor y con ello la vida.
De esa manera pudieron sobrevivir.
Las relaciones sobreviven cuando aceptamos los defectos de nuestros seres queridos, y valoramos más las cualidades que tienen.
¡¡¡¡ FELIZ SEMANA !!!!
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